Año Jubilar de la Misericordia

13 de septiembre de 2014

13 de septiembre: SAN JUAN CRISÓSTOMO

San Juan Crisóstomo nació en Antioquía el año 344. Su Padre, Segundo, era un guerrero belicoso. Su madre, es la mujer fuerte de la Biblia. Pronto muere su marido, y ella es la encargada de la educación del hijo.

A los veinte años ya sobresalía como orador y le comparaban con Demóstenes. Juan acudió al obispo de Antioquía y pidió el bautismo. Después deseó imitar a los anacoretas y pensó retirarse al desierto de Sira.
Un día su gran amigo Basilio le visitó y le comunicó que querían hacerles obispos. Ellos se oponían. Llegado el día de la consagración sólo encontraron a Basilio. Juan había huido al desierto.

Allí escribió “diálogo sobre el sacerdocio”. Distribuía su tiempo entre el estudio y la oración. Pero su voz, sublime no podía apagarse en el desierto. El patriarca Flaviano lo reclamó y volvió a la ciudad.

Sacerdote y ayudante de su obispo, se entrega al ministerio de la palabra, y se convierte en Juan Crisóstomo, el del” pico de oro”. Predica a todas horas, ataca los vicios, exhorta, aconseja, deslumbra con su palabra.

Predicaba a toda horas. Pero no se contentaba con el entusiasmo pasajero de los oyentes. Quería ver el fruto, las obras. No admitía una respuesta sólo de palabras. No basta, dice, adornar el templo. ¿Qué te dirá Dios si no te has preocupado de atender a tu hermano?

El año 397 es nombrado patriarca de Constantinopla. Seguirá predicando contra las injusticias de la corte y de los poderosos.

Cuando iba a ser trasladado a la costa oriental del Mar Negro, al pie del Cáucaso, al llegar a una ermita del pueblo de Comano, enfermó y agotado murió. Ha sido llamado el teológo de la Eucaristía y el mejor intérprete de San Pablo. Sus restos reposaron en Constantinopla. Actualmente se hallan en Roma, en la basílica de San Pedro del Vaticano.